En 1957, Peter Kubelka fue contratado para hacer un anuncio para la cerveza Scwechater. Kubelka filmó su película focalizando la cámara de forma aleatoria hacia la dirección en la que se producía la acción del anuncio. Después redujo todo lo filmado a 2’ de manera que contiene muchos planos de sólo un fotograma y ningún plano llega a tener más de 9 fotogramas, por lo que su visualización supera los límites de percepción del espectador. Con dificultad se perciben algunas personas que beben cerveza o algunas imágenes de la espuma de cerveza vista en un modo totalmente abstracto. Además hay planos que se revelaron en positivo (blanco y negro) y otros en negativo con un tinte rojo. Al igual que en Arnulf Rainer pretende reducir el cine a sus formas elementales.
Se basa en los principios del montaje métrico —también llamado aritmético—, teorizados por Eisenstein y otros cineastas soviéticos sobre la base del fotograma como unidad de cálculo. En su manera de entender este método se trasladan conceptos musicales de ritmo, tempo, armonía, medida, intervalos, tonos…, al montaje cinemático.
En ocasiones el film se ha presentado en las salas de exposiciones mostrando el celuloide extendido como se ve en la imagen.